Los pensamientos de Grey

Los pensamientos de Grey
Relato basado en la trilogía de E.L. Jmes, Cincuenta Sombras de Grey , por 1996rosafermu

martes, 24 de mayo de 2016

LA TRANSFORMACIÓN DE GREY - Capítulo 9

Miró el reloj y comprobó que aún le faltaba un buen rato para recibir a la señorita Kavanagh. Llevaba tiempo dando la lata al departamento de comunicación, y por fin harto, le concedió una entrevista," pero sólo diez minutos,   es todo el tiempo que tengo disponible ". Había dicho a la persona que concretó el encuentro.

Comenzaban a caer las primeras gotas de lluvia.  Estaba siendo una primavera muy irregular.  Unas veces llovía intermitentemente y al poco rato, sin embargo volva a salir el sol.  Siguió  contemplando el horizonte y las gotas de agua, le hicieron retomar sus pensamientos, el día que se presentó la chica de Arkansas.

- ¿ Cómo se llamaba ? Ya ni me acuerdo. Bah, carecía de interés. Es cierto que tenía una bonita piel, y un rostro hermoso, pero ella era vulgar. Cómo se puede ir por la vida con una ropa como esa. - Y recordó la discusión que tuvo con Elena a cuenta de ello

-Sabes muy bien cuáles son mis gustos y dónde deben ir para vestirse. Pago un buen dinero por ello, Elena.  Esta vez se te ha ido el santo al cielo. Así que es mejor que no te vuelvas a encargar de este tema.  Seré yo en lo sucesivo quién contrate a las chicas
-Estás últimamente muy impertinente. ¿ Qué diablos te pasa Christian?
- No me pasa nada.  Simplemente me contraría que no pongas el más mínimo cuidado en los encargos que te hago, y que por cierto fuiste tú quién se brindó a hacerlo.
-Eso no ocurriría si volviéramos a estar juntos.  Ambos nos conocemos muy bien y no tendríamos estos detalles que tanto te desagradan
- Elena, dimos por terminada nuestra relación definitivamente. No vuelvas con esas de nuevo.  Somos socios y deseo mantener nuestra amistad. Nada más

Colgó el teléfono.  Pero debía reconocer que tenía razón, llevaba un tiempo que todo le cansaba.  Ya no eran estimulantes los fines de semana Todas las relaciones mantenidas eran iguales y monótonas. En días grises como el de hoy, estaba más exasperado, máxime cuando sus instrucciones no se cumplen.

Tardó más de una semana en ponerse en contacto con la agencia que le suministraría a otra chica.  Esta vez puntualizó muy bien los detalles para que no ocurriera lo mismo que con la última: la chica de Arkansas.  Estaba arrepentido del fuerte castigo que la infringió por ser tan descuidada en el vestir. Era pulcra, pero ordinaria, y eso era algo que no perdonaba, porque en el juego de la seducción también encontraba placer.  Pero qué placer iba a encontrar en seducir a una mujer que llevaba esa ropa interior tan grande y tan fea. Y fue duro con ella, quizá demasiado.  Al quedarse solo se arrepintió de su proceder, pero no quiso que regresara  a la semana siguiente.  Como compensación ordenó a Elena que la llevara  al lugar en donde vestían a las sumisas que habían pasado por sus manos. Una llamada de teléfono interrumpió nuevamente sus recuerdos.

- ¡ Hola Elena ! ¿ Cómo estás ?
-Yo bien ¿ y tú ? Te llamo porque hace tiempo que no nos hemos visto, ¿ qué tal te viene este fin de semana comer conmigo? Claro si no tienes visita
- No no tengo visita. Y si comeremos juntos. ¿ Dónde siempre ? ¿A la misma hora?
- Estás  muy escueto. Pensé que te gustaría charlar un rato conmigo, pero te conozco lo suficiente como para saber que estás deseando colgar el teléfono ¿ o me equivoco?


-No, no te equivocas. Estoy esperando a una periodista que viene a entrevistarme.  No me apetece nada porque es una estudiante de la universidad, pero es hija de alguien con quien mantengo algún que otro negocio, y me he visto en el compromiso de atenderla. Está por llegar de un momento a otro. Oye te dejo acaban de llamar a la puerta.  Seguro que es ella.
- Bueno pues quedamos donde siempre.  No te olvides: el sábado. Adiós Christian
- Adiós Elena

Y colgó.  No tenía ganas de hablar. La entrevista y los recuerdos le habían  puesto de mal humor. No soportaba las preguntas insulsas que seguramente le haría la aprendiz de periodista, pero se había comprometido a atenderla y lo haría.

- Menos mal que diez minutos se pasan pronto- se repitió- Una llamada por el interfono, le distrajo nuevamente

- Señor Grey, ha llegado la señorita Kavanagh
- Deme cinco minutos y hágala pasar.  No es necesario que llame a la puerta. Que entre directamente.
- De acuerdo señor Grey, así será

- ¡ Por Dios ! El día va mejorando.  Bien cuanto antes empecemos, antes terminaremos.


Autoría:   Versión libre de 1996rosafermu( Basada en la novela de E.L.James  Cincuenta sombras de Grey)
Fotografías: Internet

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